Monitor de actividad; la tecnología útil para tus entrenamientos.

¿Son realmente necesarios?

Si has comenzado a entrenar, sabrás que para lograr tus objetivos deberás someter a tu organismo a esfuerzos de moderados a intensos.

Este hecho, te obligará a controlarlos y cuantificarlos de manera adecuada, o a contratar a un entrenador que lo haga por ti.

Te podrías plantear, si realmente es necesario invertir en un monitor de actividad, o si podrías obtener buenos resultados sin utilizarlo. También si merece la pena el coste que tienen y si sabrías sacarle todo el partido a sus funcionalidades…

Escucha con atención: ¡Lo necesitas!

Durante muchos años utilicé cuadernos de entrenamiento, trabajando por sensaciones y cuantificando aquellos aspectos que podía controlar. Y sí, obtuve buenos resultados, pero sin duda, perdí muchísima información de la que ahora soy consciente y es realmente útil para mis  entrenamientos y el control de mis deportistas.

La aparición de los dispositivos de muñeca, a los que hace años sólo tenían acceso los deportistas de élite, nos dan tanta información, que nos permiten mantenernos centrados y motivados en el entrenamiento, sin necesidad de perder tiempo ni esfuerzo en el control de lo que hacemos, teniendo a un golpe de vista cientos de datos que nos permiten conocer si estamos logrando el objetivo marcado. ¿No crees que merece la pena?

Realiza una buena elección: aspectos a tener en cuenta.

Es muy importante que hagas una buena inversión en este aspecto, ya que en poco tiempo descubrirás todo el potencial que te puede aportar. Limitarte desde el principio comprando algo básico, poco fiable o  económico, puede ser que no cubra tus necesidades reales, y sea un dinero mal invertido.

Un monitor de actividad, al menos debería de cuantificar tu volumen o duración de entrenamiento, la intensidad y densidad del mismo, y si es posible (económicamente) algunos aspectos técnicos para poder corregir debilidades y evaluar los resultados.

Como consejo, te diría que las especificaciones técnicas de tu monitor contengan al menos:

Métricas de velocidad y distancia:

  • Velocidad y distancia basadas en cadencia
  • Velocidad y distancia de GPS
  • Cronómetro

Campos de ritmo:

  • Ritmo (min/km)
  • Ritmo medio

Campos de frecuencia cardiaca:

  • Frecuencia cardiaca
  • Frecuencia cardiaca media
  • Zonas de frecuencia cardiaca.

Si eres corredor, también te podrían interesar algunos datos sobre dinámicas de carrera:

  • Oscilación vertical.
  • Ratio vertical.
  • TP. CO. SU.
  • Equilibrio de TCS.

Fartlek: Jugar con la velocidad

Si eres corredor de montaña, además de los anteriores deberás tener métricas de:

  • Pendiente
  • Desnivel
  • Altitud

Pero el aspecto más importante, es que añadas a tu inversión una banda de pecho para controlar tu frecuencia cardiaca  y de fiabilidad a tus registros de actividad, te explico porqué:

Actualmente hay numerosos monitores que cuentan con una toma de pulso radial (muñeca), y aunque su fiabilidad todavía está por definir, tanto la oscilación que presenta la muñeca al correr o nadar compromete bastante la precisión del pulso. Para que la lectura sea adecuada el monitor debe ir muy bien ajustado y aún así con el sudor o agua, suele perder la señal.

Además estudios recientes han testado la medición manual de la frecuencia cardíaca en la arteria radial con respecto a un ECG, y los resultados obtenidos indican que en frecuencias cardíacas superiores a 100 latidos las diferencias se muestran significativas con respecto a las obtenidas en reposo. Las mediciones manuales realizadas a los 15 segundos difieren bastante con las del ECG, sin embargo las sucesivas mediciones realizadas a los 30 y 60 segundos guardan cierta relación con el ECG (1). Estos datos sugieren que las mediciones en muñeca comprometen la fiabilidad y la precisión de este tipo de dispositivos.

 

Vale, ya lo he comprado y ahora ¿cómo le saco provecho?

El primer paso que has de hacer es configurarlo correctamente.

Para ello deberás realizar unos ajustes generales con tus datos personales; edad, sexo, peso, altura, nivel deportivo, frecuencia cardíaca máxima o frecuencia cardiaca de reposo, entre otros. A partir de estos valores iniciales, el dispositivo por defecto, configurará unas zonas de trabajo, tanto de frecuencia cardíaca, ritmo o potencia.

Es muy importante, que si no sabes estos datos o no tienes conocimientos de configuración, te informes o preguntes a un entrenador como configurarlo correctamente.

Lo ideal sería realizar un test o prueba de esfuerzo para conocer cómo se comporta tu corazón a diferentes intensidades, pudiendo configurar las zonas y poder seguir de esta manera un plan de entrenamiento de forma óptima.

A continuación, configura los campos de datos, es decir, lo que tendrás a simple vista en tu pantalla sin tocar ningún botón. Esta tarea no es sencilla, pero es muy útil si consigues agrupar aquellos datos que mejor se adapten a ti. Como recomendación, podrías agrupar en un principio estos datos: tiempo, distancia, zona FC,  velocidad media, ritmo, y metros de desnivel positivo si haces montaña.

Como tercer paso, te recomendaría que descargaras la aplicación asociada a tu monitor de actividad en tu dispositivo móvil u ordenador.

Todos los monitores actuales, cuentan con aplicaciones gratuitas para dispositivos Android e iOS.

Éstas te permitirán registrar y descargar todos los entrenamientos para visualizarlos y evaluarlos, además de ver los recorridos, compartir datos con tu entrenador o compararlos con tu histórico…

Bibliografía:

  1. Hollerbach, AD & Sneed , NV.(1990). Accuracy of radial pulse assessment by lenght of counting interval. Heart Lung 19(3):258-64

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