A veces confundido con un problema de espalda, el síndrome del piramidal afecta al músculo que va desde la parte final de la columna hasta la cadera.
Esta zona se trabaja mucho en la zancada amplia, en los impactos que provoca la carrera en terrenos irregulares o cuando la intensidad del entrenamiento es excesiva.

A través de la pelvis y la cadera, la tensión de la columna se transmite hacia la pierna. El músculo piramidal permite que la cadera rote hacia fuera y separe el muslo del centro del cuerpo; por tanto, una excesiva tensión de columna puede sobrecargar el hueso sacro, la base de la pelvis, y en consecuencia, bloquear su articulación.
Estamos pues ante un músculo pequeño, pero de una importancia trascendental para el corredor.

Síntomas

Dolor en el glúteo y muslo, de forma punzante con sensación de quemazón. Aumenta al estar mucho tiempo sentado.

  1. Dolor desde la nalga hasta la cara posterior del muslo, sin sobrepasar la rodilla.
  2. En el caso de que los puntos gatillos del piramidal activen los de la musculatura adyacente, siendo más frecuente en  el glúteo menor y medio, el dolor referido puede bajar hasta el tobillo, recorriendo toda la cara posterior de la pierna.
  3. Por otro lado, si hay atrapamiento del nervio ciático por el músculo piramidal el dolor pasa a todo el miembro inferior, siendo el recorrido del éste el mismo al trayecto del nervio
  4. Dificultad para cruzar las piernas.
  5. Existe una rotación externa del miembro inferior afectado en posición de cubito supino y con frecuencia encontramos un acortamiento de dicha pierna.

Prevención:

Realizar estiramientos y ejercicios de pelvis después de los entrenamientos y ejercicios de fortalecimiento de abdominales (sobre todo transverso abdominal y oblicuo) y lumbares.

Tratamiento:


Es prioritario relajar el músculo piramidal. Para ello debemos:

  1. Tratar la contractura muscular con técnicas no invasivas de presión de los puntos gatillo miofasciales.
  2. Si la liberación miofascial no es sificiente, recurriremos a la punción seca.
  3. Masaje de descarga y con trazos neuromusculares en las bandas tensas musculares.
  4. Revisar el resto de musculatura adyacente y de función agonista por un posible espasmo de coactivación (glúteos, musculatura pelvitrocantérea, isquiotibiales).
  5. Estiramientos de forma pasiva, asistida y/o activa en consulta del músculo piramidal y musculatura afectada.
  6. Revisar las estructuras óseas donde se inserta el músculo. Ya que por afectación de su movilidad y biomecánica pueden causar tensiones en el músculo.
  7. Revisar sacro, iliacos, fémur y de forma global todo el eje de postura del paciente.

Hasta la próxima entrada.
Saludos.
 

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