En el artículo de hoy se tratará la baja disponibilidad energética y el síndrome de deficiencia energética relativa en el deporte (DER), un síndrome conocido también como la triada de la atleta femenina y que cada vez es más frecuente en nuestra sociedad, principalmente en la población deportista.

¿Qué es la triada del atleta femenina y el balance energético?

El equilibrio o balance energético se podría definir como la energía disponible en el cuerpo una vez restada la cantidad que se ha utilizado para que los sistemas fisiológicos del organismo realicen sus actividades durante el día. Así, se puede ganar o perder peso en función si la energía restante es positiva o negativa.

Cuando hablamos de baja disponibilidad energética, nos referimos a un proceso que se da cuando de manera prolongada este aporte energético es tan bajo que no es suficiente para cubrir los procesos fisiológicos básicos del ser humano: regulación de temperatura, mantenimiento del sistema inmune y reproductor…), sobre todo en población deportista, cuyo gasto energético es mayor que el de personas sedentarias.

¿Qué consecuencias presenta esta baja disponibilidad energética?

Cuando la energía disponible en el cuerpo es demasiado baja durante mucho tiempo como para que el organismo pueda llevar a cabo funciones fisiológicas básicas de manera correcta, el organismo responde mediante una modificación hormonal en la cual se eliminan procesos fisiológicos que consumen energía, con el objetivo de evitar esta “escasez energética”. Estos procesos derivan en un estado patológico en el cual se alteran las hormonas sexuales (empieza a haber trastornos en el periodo menstrual en mujeres: oligomenorrea y amenorrea) y aumenta la desmineralización ósea (existe mayor riesgo de sufrir osteoporosis).

La consecuencia principal de esta baja disponibilidad energética es el síndrome DER, conocido también como triada. Se conoce con este nombre debido a los tres componentes que lo caracterizan: la baja disponibilidad energética (generalmente debido a un trastorno alimentario), falta de menstruación (amenorrea) y osteoporosis.

Esta baja disponibilidad energética también acarrea otros efectos no deseados como fatiga, caída del cabello, frialdad de manos y pies, pérdida de peso, aumento del tiempo de curación de lesiones, baja autoestima, depresión, bradicardia… Es decir, los efectos de un aporte bajo de energía durante un tiempo prolongado.

¿Qué es exactamente el síndrome DER y la triada?

En el año 2005, el Comité Olímpico Internacional introdujo el término “triada atlética femenina”: una condición presente en mujeres cuando la disponibilidad energética es menor a la necesaria para mantener las funciones fisiológicas básicas y el rendimiento deportivo.

En estudios posteriores, se vio que este trastorno también afectaba a los hombres, por lo que se cambió al término utilizado actualmente “deficiencia energética relativa en el deporte” (DER).

Como ya hemos mencionado anteriormente, son tres los signos y síntomas que caracterizan a este síndrome: trastorno alimentario, osteoporosis y amenorrea.

En ocasiones, estos síntomas pueden aparecer de manera parcial. Una persona puede mostrar signos de alimentación restrictiva, pero no cumplir los criterios clínicos para diagnosticar trastorno alimentario.

Del mismo modo, también puede mostrar alteraciones menstruales sutiles, como cambios en el ciclo de menstruación, pero sin desarrollar una amenorrea completa.

La densidad ósea también puede llegar a disminuir, pero estando aún en rangos normales para su edad. En estos casos, se consideran signos “ocultos”, ya que, aunque no se trata de patologías diagnosticadas por falta de criterios, hace que pase desapercibida y sin tratamiento.

En el caso de los hombres, pueden existir cambios en la secreción de hormonas sexuales derivados de la baja disponibilidad energética que también afecten negativamente a la función reproductiva.

Baja disponibilidad energética y menstruación

La baja disponibilidad energética es perjudicial para la salud reproductiva.

Esta situación hace que se trastorne la secreción de la hormona liberadora de gonadotropinas por parte de ciertas neuronas a nivel del hipotálamo. Esto, a su vez, afecta a la frecuencia de secreción de la hormona luteinizante (LH) por la glándula pituitaria, dependiendo la función de los ovarios de la frecuencia de secreción de la LH más que de su concentración.

Como consecuencia, aparecen síntomas como la amenorrea (ausencia de ciclo menstrual por más de tres meses) y oligomenorrea (ciclos de más de 35 días), aunque también aparecen otros problemas subclínicos como la anovulación (ausencia de ovulación), deficiencia de la fase lútea (secreción inadecuada de progesterona), etc.

Baja disponibilidad energética y densidad mineral ósea (DMO)

El tejido óseo se encuentra en constante remodelación mediante un proceso en el cual los osteoclastos se encargan de la degradación de la matriz mineral del hueso, mientras que los osteoblastos se encargan de la formación ósea. En condiciones normales, la actividad de ambos tipos celulares se encuentra en equilibrio (en niños predomina la formación y en adultos la degradación).

El trastorno producido por los ovarios por la baja disponibilidad energética, disminuye los niveles de estrógenos, lo que hace que aumente la tasa de degradación por parte de los osteoclastos. Además, también reduce los niveles de insulina y de la hormona tiroidea T3, reduciendo los niveles del factor de crecimiento insulínico de tipo 1, inhibiendo la formación ósea por medio de los osteoblastos.

Causas de la triada de la atleta o deficiencia energética relativa en el deporte

La baja disponibilidad energética puede tener orígenes muy diversos, siendo muy importante identificar cual es el origen de esta situación, ya que según sea la causa, se desarrollará una estrategia u otra para el tratamiento de este síndrome y evitar así las posibles consecuencias negativas. Así, podemos dividir las causas en tres orígenes:

  1. Baja disponibilidad energética intencional

Muchos atletas tienen que someterse a cambios corporales con el objetivo de aumentar su rendimiento deportivo o por un motivo de estética según la disciplina que practiquen. Por lo general, este cambio corporal siempre es referido a una pérdida de peso en forma de grasa corporal, para el que se siguen dietas hipocalóricas agresivas y/o se aumenta la carga de entrenamiento para aumentar el gasto calórico. Si este proceso no se sigue de manera correcta, peude derivar en una baja disponibilidad energética si se lleva por un periodo de tiempo largo.

  1. Baja disponibilidad energética inadvertida

Esta causa está sustentada en el apetito: al igual que la sed no debe ser un indicador de las necesidades de agua de muchos deportistas, el apetito tampoco debe ser un indicador de las necesidades energética de los atletas, principalmente de resistencia, cuyo gasto es mucho mayor.

Es decir, la ingesta “hasta la saciedad” después del ejercicio no es lo suficientemente grande como para compensar el gasto calórico que se ha sufrido durante el mismo, siendo los atletas que más energía gastan, los que son susceptibles a tener mayores deficiencias. Esto genera la situación de la baja disponibilidad energética

  1. Baja disponibilidad energética obsesiva

Consiste en la presencia de trastornos de la alimentación tales como la anorexia nerviosa, la cual tiene una mayor prevalencia en deportes de “figura delgada” como danza, gimnasia, carreras de larga distancia, natación sincronizada… Estos casos requieren de apoyo de un equipo multidisciplinar formado por médicos, nutricionistas, psicólogos y entrenadores.

Tratamiento nutricional para la deficiencia energética relativa en el deporte

El tratamiento nutricional de esta situación patológica consistiría en llevar a cabo un aumento de la ingesta calórica de manera paulatina teniendo en cuenta todos los factores que rodean a la persona: rendimiento deportivo, apetito-saciedad, malestar digestivo, etc. La recuperación de este trastorno debe llevarse a cabo por profesionales expertos en diferentes campos: dietistas-nutricionistas que se encarguen de la parte nutricional, médicos que se encarguen de la sintomatología clínica y de la medicación pertinente si fuera necesario, psicólogos en el caso de tener un origen obsesivo y entrenador si se trata de una deportista entrenada.

El principal reto es aumentar la disponibilidad energética, para lo cual es imprescindible conocer el origen de la baja disponibilidad energética que afecta a cada persona de manera particular. La recuperación de la sintomatología mencionada significará una progresiva salida de este trastorno tan frecuente en los deportistas actuales.

Después de haber analizado la evidencia actual podemos concluir que la baja disponibilidad energética y el síndrome DER son trastornos recurrentes en la población general, pero sobre todo en la población deportista. En este sentido, son las mujeres que practican deportes donde se exige un “cuerpo delgado” (danza, gimnasia rítmica, natación sincronizada, carreras, etc) donde existe la mayor prevalencia, sin embargo, pueden presentarse en ambos sexos. Se trata de un trastorno complejo, cuya misión principal es conocer la causa y en función a esto, empezar el tratamiento multidisciplinar más adecuado.

Esperemos que este artículo te haya ayudado a informarte sobre la triada de la atleta o deficiencia energética relativa en el deporte. Si tienes cualquier duda sobre el tema o piensas que se nos ha olvidado comentar cualquier cosa, estaremos encantados de poder ayudarte respondiéndote un comentario en este artículo o contactando con nosotros.

Referencias

  1. Ayala Guzmán CI, Ortiz Hernández L, Najera Medina O. Influencia de la baja disponibilidad energética y del balance energético negativo sobre la inflamación inducida por el ejercicio y cambio de hormonas sexuales de atletas: una revisión sistemática. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética.
  2. Loucks AB. La triada de la atleta: un fenómeto metabólico. Revista de Ciencias del ejercicio y la Salud. 2014 [consultado en 03 de mar de 2022]; 12(1): 1-24.
  3. Mountjoy M, Sundgot-Borgen J, Burke L, Carter S, Constantini N, Lebrun C, et al. The IOC consensus statement: beyond the Female Athlete Triad – Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S). British Journal of Sports Medicine [Internet]. 2014

 

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