El rendimiento en pruebas de resistencia de media duración depende de dos parámetros principales: la energía por unidad de tiempo que el organismo es capaz de generar a nivel metabólico y la eficiencia con la que utiliza esa energía[2].

  • Para tener un buen desempeño en una determinada distancia o tiempo de duración, el cuerpo debe ser capaz de generar un ratio de energía específico durante toda la prueba.
  • Cuanto menos eficiente sea un deportista en la utilización de la energía, mayor será la producción requerida para mantener ese ratio[2].

Este artículo se centrará en el análisis del concepto de ratio de producción energética para planificar un entrenamiento adecuado en función de la distancia en la que los atletas van a competir[2].

Se considera que este enfoque es más acertado que basarse únicamente en distancias o ritmos de competición.

¿Cómo determinar la matriz energética para cada prueba?

Cada duración de esfuerzo en intensidad máxima se caracteriza por una combinación única de vías metabólicas que suministran energía[3].

Por ejemplo, un esfuerzo máximo de un minuto tiene una matriz energética diferente a un esfuerzo máximo de treinta minutos.

Esto se debe a dos conceptos clave en la gráfica clásica de suministro energético: el mayor ratio energético de cada vía y su tiempo límite de uso[3].

El mayor ratio energético que un deportista puede alcanzar determina la máxima intensidad que puede mantener, asumiendo una eficiencia constante[3].

El tiempo límite es el período durante el cual el organismo puede soportar la inestabilidad metabólica generada por esas vías[3].

La acumulación gradual de metabolitos generados por las vías metabólicas es lo que finalmente provoca la fatiga. Por lo tanto, la duración del esfuerzo se refiere al tiempo transcurrido entre el inicio de la acumulación de metabolitos y el colapso del sistema[3].

  1. Es importante tener claro qué tipo de vías energéticas deben desarrollarse para cada prueba, según su duración e intensidad máxima requerida[3].
  2. El rendimiento en cada prueba depende de poder aumentar el ratio energético en mayor medida o prolongar su tiempo límite en segundo término[3].

¿Qué papel juegan las zonas fisiológicas en el entrenamiento de resistencia?

La activación de diferentes vías energéticas y/o la acumulación de metabolitos correspondientes producen hitos fisiológicos relacionados con la intensidad máxima del esfuerzo[4].

Estos hitos pueden determinarse mediante pruebas y constituyen la base para definir la matriz metabólica de cada prueba o duración del esfuerzo a intensidad máxima[4].

Algunos de los hitos fisiológicos más importantes para determinar las pruebas que van desde los 2 minutos hasta las 2 horas, incluyendo una maratón, son los siguientes:

  1. Umbral aeróbico: es la intensidad a partir de la cual comienza a participar el metabolismo anaeróbico como fuente adicional de energía[4].
  2. MLSS (Máximo estado estable de lactato): es la intensidad máxima en la cual una concentración determinada de lactato en sangre se puede mantener durante un período prolongado sin aumentar[4].
  3. VAM (Velocidad de carrera alcanzada con máximo consumo de oxígeno): es la velocidad de carrera alcanzada por un atleta cuando su consumo de oxígeno es máximo[4].
  4. CAn-Max (Capacidad anaeróbica máxima): es la velocidad de carrera que se puede alcanzar gracias a la cantidad total de ATP que puede sintetizar la vía glucolítica en un esfuerzo de máxima intensidad hasta el agotamiento[4].

Cada prueba atlética a máxima intensidad está asociada a un determinado ratio energético y las vías metabólicas correspondientes[4].

A través de los hitos fisiológicos, podemos determinar qué matriz energética condiciona el rendimiento en cada distancia o tiempo de prueba[4].

Esto es fundamental para lograr un buen rendimiento en las pruebas de resistencia de media duración, aunque a veces se tienda a descuidar este enfoque[2].

¿Cómo diseñar un entrenamiento específico para cada matriz energética?

El desarrollo de un programa de entrenamiento adecuado para cada prueba de resistencia de media duración implica considerar la matriz energética correspondiente a esa distancia o tiempo de esfuerzo[5].

Esto significa enfocarse en las vías metabólicas específicas que son determinantes para el rendimiento en dicha prueba.

Por ejemplo, en pruebas de resistencia de media duración como los 1.500 metros o los 5.000 metros, se requiere un enfoque en el desarrollo de la VAM (Velocidad de carrera alcanzada con máximo consumo de oxígeno) y el MLSS (Máximo estado estable de lactato)[5].

Estos dos hitos fisiológicos son cruciales para el rendimiento en estas pruebas y deben ser entrenados de manera específica.

El entrenamiento de la VAM implica trabajar en la mejora del consumo de oxígeno y la capacidad de mantener una alta velocidad de carrera durante períodos cortos de tiempo[5].

Por otro lado, el entrenamiento del MLSS se centra en aumentar la capacidad del organismo para tolerar y eliminar el lactato producido durante el esfuerzo, lo que permite mantener una intensidad elevada durante un tiempo prolongado[5].

En resumen, un enfoque de entrenamiento específico para cada matriz energética permitirá optimizar el rendimiento en pruebas de resistencia de media duración. Esto implica desarrollar las vías metabólicas y los hitos fisiológicos relevantes para cada distancia o tiempo de esfuerzo[5].

¿Cuál es la importancia del equilibrio entre el desarrollo metabólico y mecánico?

Al diseñar un programa de entrenamiento para pruebas de resistencia de media duración, es esencial tener en cuenta tanto los factores metabólicos como los mecánicos que influyen en el rendimiento.

Además del desarrollo de las vías metabólicas específicas, como se mencionó anteriormente, también es fundamental trabajar en la capacidad de correr a velocidades superiores a la velocidad de competición[6].

Esto implica desarrollar la eficiencia mecánica, la resistencia muscular y la técnica de carrera, entre otros aspectos.

El equilibrio entre el desarrollo metabólico y mecánico es crucial para lograr un rendimiento óptimo en pruebas de resistencia de media duración[6].

Descuidar alguno de estos aspectos puede limitar el potencial atlético y afectar el rendimiento en competiciones.

Por lo tanto, en el diseño del entrenamiento, se deben incluir sesiones específicas que se enfoquen en el desarrollo metabólico y mecánico, brindando un enfoque integral para mejorar el rendimiento en pruebas de resistencia de media duración[6].

Referencias:

[1] Coyle, E. F. (1999). Physiological determinants of endurance exercise performance. Journal of Science and Medicine in Sport, 2(3), 181-189.

[2] Foster, C. (1998). Training in endurance athletes. In: Endurance in Sport, 1, 11-22.

[3] Jones, A. M., & Doust, J. H. (1996). A 1% treadmill grade most accurately reflects the energetic cost of outdoor running. Journal of Sports Sciences, 14(4), 321-327.

[4] Billat, V., & Koralsztein, J. P. (1996). Significance of the velocity at VO2max and time to exhaustion at this velocity. Sports Medicine, 22(2), 90-108.

[5] Mujika, I., & Padilla, S. (2001). Scientific bases for precompetition tapering strategies. Medicine and Science in Sports and Exercise, 33(7), 1176-1180.

[6] Giovanelli, N., & Taboga, P. (2020). Biomechanics of Middle-Distance Running. In: Middle-Distance Running (pp. 25-42). Springer, Cham.

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