Hoy te traemos algunos de los errores más comunes, y en algunas ocasiones aquellos más infravalorados, que se suelen producir al entrenar.


  1. Creer que entrenar sólo implica correr.

Hay otros aspectos que también debes cuidar, por ejemplo incluir entrenamientos de fuerza, flexibilidad y velocidad. Estos entrenamientos suplementan y mejoran tu capacidad para correr.

  1. Ser demasiado ambicioso en tus objetivos.

Aunque te vaya bien durante los primeros meses y hayas mejorado muy rápido, esto no quiere decir que de repente seas capaz de correr un ultra. La dificultad de correr en montaña debe ser, igual que en cualquier otro entrenamiento, incrementada de forma progresiva.

  1. Hacer siempre el mismo entrenamiento y no incluir días de descanso.

Para incrementar esta dificultad o la complejidad de los entrenamientos es más que recomendable incluir variaciones, ya sean de circuito, de desnivel, de ritmo, etc. El cuerpo es muy eficiente y si se acostumbra a hacer siempre lo mismo no tendrá que ajustarse a los cambios que, en definitiva, son los que empleamos para mejorar. Sin embargo, para asimilar estas demandas y evitar el sobreentreno, es imprescindible incluir días de descanso físico y mental.

  1. No calentar.

Aunque vayas justo de tiempo es imprescindible que antes de realizar cualquier actividad física dediques al menos 10 minutos a preparar los músculos que vas a entrenar. Si no lo haces tendrás mayor probabilidad de lesionarte y no alcanzar tu rendimiento máximo en la sesión.

  1. No hacerte un reconocimiento médico ni contar con la ayuda de un entrenador personal.

Antes de invertir ese dinero en unas cuartas zapatillas de correr, hazlo en una prueba de esfuerzo o en una sesión de preparación personalizada. Recibir instrucciones de un entrenador personal con formación específica es la mejor manera de asegurarte de que progresas de acuerdo a tus objetivos y tu forma física.


Ahora que sabemos cómo enmendar estos 5 errores, te dejamos con unos trucos psicológicos que te ayudarán durante las carreras.
 

  1. Imaginería.

La visualización es una herramienta muy poderosa en distintos ámbitos, uno de ellos el deporte. Imagínate llegando a meta, piensa que eres un superhéroe corriendo hacia el rescate o el protagonista de Jurassic Park huyendo del T-Rex; cualquier pensamiento que te ayude a mantener el ritmo hasta llegar a meta será útil para conseguir tu objetivo y finalizar la carrera.

  1. Monólogo interno.

Anímate a ti mismo con mensajes como “vamos, que tú puedes”, “ya está hecho”, “lo vas a conseguir”, “estamos llegando”, etc.

  1. Contar los kilómetros recorridos.

Cuando empieces la carrera cuenta los kilómetros hasta llegar a la mitad y luego haz la cuenta atrás restando los que faltan. Otra idea es dividir el recorrido en varias fases o etapas e ir cumpliendo con ellas.

  1. Juegos mentales.

Puedes intentar averiguar de qué color tiene los ojos la persona que tienes delante, el tipo de zapatillas que lleva, hacer juegos de palabras con los colores de las camisetas de otros participantes, etc. Sólo asegúrate de no perder la concentración en la zancada.

  1. Recuerdos agradables

Piensa en alguna otra carrera que hayas hecho y de la que te sientas satisfecho. Recordar momentos en los que has tenido éxito te ayudará a sentir de nuevo esas sensaciones y te motivará a seguir adelante, dándote más fuerza.

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